Clima
Esta especie es establecida mayoritariamente en áreas templadas con veranos calurosos y secos, donde el otoño debe permanecer libre de lluvias; estas condiciones facilitan las labores de cosecha, la que ocurre tardíamente en los meses de Mayo y Junio, como es el caso del campo experimental “Los Tilos” del INIA, donde la cosecha ocurre después de las primeras lluvias de invierno. En el caso de San Esteban, siempre la cosecha se realizó en el mes de Junio, ya que en Mayo sólo unas pocas nueces mostraban el pelón con indehiscencia.
El pecano necesita largos periodos libres de heladas, 150 a 210 días, desde que comienza el crecimiento en la primavera hasta la madurez de los frutos en otoño. En San esteban las condiciones climáticas no afectaron crecimiento ni producción, por tanto, las heladas habituales, en invierno, no dañan a la planta.
Los requerimientos de frío, según algunos autores, fluctúan entre 400 y 800 horas bajo 7,2°C para romper el receso invernal. De no cumplirse con estos requerimientos, la brotación es pobre, existe una alta caída de frutos y baja producción. En consecuencia, esta especie se puede cultivar en áreas donde se desarrolla el nogal y el duraznero, situación que corresponde a la zona de San Esteban.
La especie crece mejor donde el promedio de temperaturas de verano se encuentra entre 24 a 29ºC, sin afectarse por las oscilaciones térmicas entre el día y la noche que caracterizan los valles de la IV a la VI Regiones. Junto con la temperatura, la baja humedad relativa favorece el cultivo de la especie en Chile, ya que huertos en zonas más húmedas, como el sur de Brasil, presentan problemas sanitarios por el desarrollo de hongos que dañan las hojas a niveles que ocurren defoliaciones temprano en verano, situación nunca vista en Chile.
Suelo y Agua
El pecano es capaz de crecer en una amplia gama de suelos, obteniéndose un mejor desarrollo y producción en aquellos con textura media, de 1 a 2 m de profundidad, alta capacidad de retención de humedad y buen drenaje. Los suelos que poseen napa freática alta, capas impermeables, alto contenido de arcillas no son adecuados para el establecimiento de la especie.
La variabilidad de adaptación de la especie, tanto a suelos alcalinos como a suelos ácidos, es amplia, creciendo satisfactoriamente en un rango de pH entre 5 a 8. Sin embargo, la presencia de altos contenidos carbonato de calcio en el suelo puede provocar fitotoxicidad en las hojas y síntomas de falta de hierro. Además, concentraciones superiores a 1000 ppm de sales totales disueltas, más de 300 ppm de cloruros o más de 0.5 ppm de boro en agua de riego, provocan quemaduras en las hojas y algún grado de defoliación, especialmente durante el verano.
El crecimiento evaluado en este trabajo resultó diferente entre las localidades donde se establecieron los módulos, debido a la capacidad de profundizar las raíces en un buen suelo. En este caso en San Esteban, si las plantas presentaban brotes de más de 60 centímetros, que en Piguchén, no sobrepasaban los 20 centímetros. Además de la escasez de agua, Piguchén presenta suelos delgados y más pobres que San Esteban.
Un buen cultivar debe producir fruta de buena calidad en pocos años, ser prolífico, y resistente a enfermedades. Los frutos deben ser medianos a grandes con cáscara fácil de extraer, y de contenido carnoso de color amarillo.
Existen dos categorías de cultivares comerciales, las de mercado de mesa, de fruto grande, como ‘Stuart’ y ‘Desirable’ y las de mercado de industria en frutos de alto rendimiento en semilla, como ‘Cheyenne’, fruta usada para repostería, heladerías, etc.
Los cultivares presentes en nuestro país, introducidos por el INIA, son “Wichita”, “Grabohls”, “Cheyenne”, “Western Schley”, “Kiowa”, “Grapark” y “Desirable”. En el ensayo de San Esteban las variedades corresponden a Wichita, principalmente y Grabohls en un 10 %.
MANEJO AGRONÓMICO
PROPAGACIÓN
Las semillas son estratificadas por 8 a 20 semanas, mezclándolas con arena húmeda, aserrín o algún material similar, posteriormente, en el mes de Junio, son almacenadas en frío a una temperatura de 0º C a 5ºC, para finalmente ser sembradas cuando la cáscara de alguna de ellas empieza a abrirse durante la estratificación.